Aunque ya llevaba 6 años como Astróloga, desde el 2011, Soy Venusina nació en el 2017, cuando entendí que mi evolución sería guiada por Venus, por su sabiduría, su misterio simple, su belleza y mi conexión con la vida a través de ella.

Jamás podría haber llegado a entender que Venus era todo esto, sólo estudiando Astrología. Sigo descubriendo a Venus cada vez que me atrevo a dejar que la vida me atraviese desde el cuerpo, cuando me permito descubrirme humana, vulnerable y ser naturaleza.

¿CÓMO EMPECE A ENTENDER ESTO?

Mirando para atrás y viendo cómo ella me hizo soltar algunas cosas y avanzar hacia otras.

Cuando dejé la carrera de Psicología a mis 22 años, en ese momento no lo supe, pero claramente yo no quería el conocimiento de una institución o un aval patriarcal, quería descubrir, a mis propios ritmos, mi propia sabiduría ancestral.

Cuando me tomé los siguientes 4 años para explorar, investigar y conocer otras maneras de acceder a la psique, a través del arte. Mimo, Teatro Corporal, Teatro, Danza, Canto. Fue mi manera de evitar que la mente copara mis primeros contactos más exploratorios con la vida.

Cuando a mis 26 años empecé a estudiar Astrología por intuición (en la Fundación Jung de Psicología Analítica), para dar sentido y nombre a todo lo que había abierto y lejos de asombrarme, sentí que sencillamente estaba recordando una forma de mirar al mundo.

Venus estuvo presente en todos estos momentos,
sin que yo fuera muy consciente de eso.

Pero cuando la mente entró en escena a ese nivel, de información tan preciosa y masiva, ahí pasó otra cosa.

Gracias a la vida, mi Venus decidió empezar a enraizar. Y esto se evidenció cuando empecé con ataques de pánico, mostrándome que el cuerpo tiene procesos y tiempos y yo no puedo invadir y presionar. En medio de uno de tres Retiros de meditación súper intensos en muy poco tiempo, en una búsqueda obsesiva por encontrarme, el pánico fue el límite a ese modo intenso que yo tenía en mi afán de querer evolucionar, como producto de una ignorancia de mi propio bio ritmo.

Los ataques de pánico me mostraron una disociación en mí y pude empezar a entender cómo una cosa es estudiar y otra vivir.

Eso me llevó a empezar a necesitar integrar todos los planos de mi Ser en cada experiencia, porque siempre estaba el riesgo de volver al infierno de la disociación.

Arranqué dos formaciones vivenciales increíbles, me formé como Psicodramatista en la escuela de Tato Pavlovsky y como Terapeuta Corporal en Bioenergética en el IAAB y a partir de allí, la Astrología jamás volvió a ser lo que era.

A partir de allí, empezó a gestarse mi amada Soy Venusina. Ser Venusina es vivir, es experiencia, es vivencia.

Este nacimiento dio a luz a una potencia en mí que se enraizó con fuerza y empezó a llevarme a vivir experiencias que yo había catalogado en “yo nunca podría ser capaz de alcanza eso”, empezar a desarmarlas para ponerle el cuerpo a la vida y manifestar cada deseo potente que apareció en mí.

Me fui a vivir a Brasil, la naturaleza selvática me llamó para iniciarme y darme todo el conocimiento ancestral que necesitaba para crear mi Programa de Venus y mi Método de Reconexión Venusina.

Florecí cuando me animé a confiar en mi cuerpo, en mi propia vivencia. Y así es como Venus florece...

siendo atravesada por el cuerpo.

Me dediqué durante los últimos 5 años a investigar a Venus, a observarla en la vida de las mujeres que acompañé durante más de 10 años. A observarla en mí, a entender cómo son las etapas evolutivas que atravesamos para reconectar con ella, y a comprender que si nuestras Venus están reprimidas, es porque estamos inmersas en un sistema patriarcal que aplasta la naturaleza en todas sus formas.

Por eso, nuestra reivindicación es recordar, vivir y liberar a nuestras Venus.

Hoy trabajo desde un enfoque propio, feminista y me dedico específicamente a este hermoso planeta y a descubrirlo enraizado en la tierra.

Amo bailar, viajar, cocinar, descubrirme en mis tiempos orgánicos y reales y seguir manifestando en el mundo lo que amo.

Y amo acompañar a toda mujer que sienta ese llamado, el de volver a su propia naturaleza.

Gracias por estar acá, qué lindo que hayamos resonado.

Yesi